Esta foto fue tomada en la explanada del teatro Arriaga en 1903 durante una de esas huelgas en las que se obligaba a los obreros a acoger a los soldados que debían sofocar las revueltas y estos terminaban por dar su comida a los hijos de los trabajadores.
Aunque más esporádicamente, se siguen publicando reseñas. La última la de Gem77, muy exhaustiva y amable. Dice que es una novela preciosa, de esas que tocan la fibra y se hacen un hueco a lo largo del tiempo.
Desde aquí, quiero agradecerle sus cariñosa palabras.
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