Esta vieja foto me inspiró la escena en la que la pequeña Raimunda roba unas sardinas en el mercado de la Ribera para dar de comer a sus hermanitos.
Este tipo de detalles me ayudaron a intentar dotar de alma de la novela. Por eso, reconforta saber que hay quienes han profundizado en la lectura de la historia. El escritor JM. Prado-Antúnez cuenta sus reflexiones en su blog Oliendo páginas de tinta.
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